A menos de 24 horas de haber asumido como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Gerardo Werthein le aceptó la renuncia al secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Héctor Marcelo Cima, y a todo su equipo.
Fue ayer cuando Werthein pidió las renuncias al vicecanciller, Eduardo Bustamante; al secretario de Comercio internacional y diplomático de carrera, Marcelo Cima; a la secretaria del área Malvinas, Paola Di Chiaro; al secretario de Coordinación y Planificación de la Cancillería, Ernesto Gaspari; al subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, Mariano Vergara; a la subsecretaria de Política Exterior, Marcia Levaggi, y a su par de Promoción de Exportaciones, Ramiro Velloso. Lo hizo en busca de eliminar de la cartera que ahora dirige a todas aquellas personas que sean del riñón de su antecesora Diana Mondino o que hayan estado detrás del voto a favor de levantar el embargo contra Cuba en Naciones Unidas.
Asimismo, Werthein tiene en su espalda la misión que Milei más encomienda: pasar la motosierra. Deberá, entonces, hacer recortes en el Palacio San Martín y en el servicio exterior, para lo que impulsará auditorias y avanzará en el recorte de los sueldos y jubilaciones de los diplomáticos.
Según un funcionario con acceso al despacho presidencial, los detalles están en estudio y los cambios se reglamentarán por decreto y por ley. “La idea es que los sueldos tengan las escalas de la Administración Central y terminar con las jubilaciones de privilegio”, sentenció a Noticias Argentinas.
La idea que le transmitió el mandatario al funcionario es dejar atrás la fórmula utilizada hasta entonces, propuesta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que fija los sueldos en función del costo de vida de cada país, y así achicar el número salarial de los diplomáticos.