La candidata a senadora nacional por Fuerza Patria y ex titular de AySA, Malena Galmarini, lanzó duras críticas al presidente Javier Milei por el deterioro del servicio de agua potable y saneamiento en el Área Metropolitana. Según la dirigente, el Gobierno lleva adelante un proceso de vaciamiento de la empresa estatal que pone en jaque derechos fundamentales.
“El agua no se puede cortar y es un derecho humano. Es inexplicable lo que están haciendo”, sostuvo en declaraciones radiales, al referirse a la falta de inversión y a la paralización de obras estructurales iniciadas durante su gestión. Además, cuestionó el enfoque del oficialismo sobre los servicios públicos esenciales: “El Presidente habla de competitividad en una empresa que no tiene competencia”.
Galmarini recordó que durante sus años al frente de AySA se realizaron más de 4.000 kilómetros de redes de agua y cloacas, con procesos certificados bajo normas IRAM y visibilizados en la web oficial. «Todo eso lo dieron de baja», denunció, y alertó que actualmente hay proyectos clave como el sistema Riachuelo o el acueducto del sistema Agua Sur que están totalmente paralizados.
Críticas al modelo libertario
Para la ex funcionaria, la lógica de la gestión actual responde a un modelo que prioriza la rentabilidad económica por sobre el acceso universal. “La rentabilidad de AySA no pasa por cuánto gana, sino por cuántos usuarios se incorporan. Aumentaron las tarifas y bajaron la calidad del servicio”, lamentó.
Galmarini remarcó que el Objetivo de Desarrollo Sostenible N.º 6 de la ONU incluye el acceso al agua y al saneamiento como parte de los derechos básicos. En esa línea, recordó que la Constitución Nacional y diversos tratados internacionales ratifican ese principio. “Nos pasó con Aguas Argentinas: sólo les interesaban los usuarios que podían pagar. Esta es una discusión sobre el modelo de país”, reflexionó.
Alerta por la Ley Bases
La candidata también apuntó contra quienes votaron la Ley Bases, norma que habilita la eventual privatización de empresas estatales. “No les agradezco a quienes la firmaron. Pusieron a disposición la venta de una empresa como AySA. La gente no lo merece”, afirmó.
Finalmente, Galmarini advirtió sobre el impacto directo que estas decisiones pueden tener en los sectores más postergados. “Este gobierno habla de libertad y de la casta, pero no se preocupa por quienes no pueden bañarse o tomar leche con agua segura”, sentenció.
Con sus declaraciones, Galmarini se suma al creciente coro de voces que cuestiona el desmantelamiento de políticas públicas esenciales por parte del Ejecutivo, en nombre del ajuste fiscal y la reducción del Estado.