Falcon Fest, la ceremonia de presentación del nuevo avión de caza multirol de cuarta generación para la Fuerza Aérea se llevó a cabo este lunes en uno de los hangares de la VI Brigada Aérea de Tandil.
Es el ejemplar “número 25” del lote de 24 adquiridos a Dinamarca, un avión para entrenamiento y capacitación en tierra, no volará, aunque puede hacerlo con mínimos ajustes que lo ponen en servicio si fuera requerido en la línea de vuelo.
Fue un festejo institucional tras años de espera y “trabajo metódico y profesional en búsqueda del mejor avión” definió el jefe de la fuerza, brigadier Gustavo Valverde.
“Este es el F-16 de los argentinos” dijo el ministro al tiempo que se corría el telón mostrando la agresiva figura del caza numeral M-1210 con misiles (de entrenamiento) colgados en sus planos.
Se veía el orgullo y la emoción de un grupo de pilotos veteranos de guerra, entre ellos el ex jefe del arma, brigadier general Mario Callejo, el brigadier Norberto Di Meglio y el brigadier Carlos Perona.
“No podemos permitir que la Patria vuelva a estar indefensa mientras el mundo se rearma”, advirtió el ministro Luis Petri.
Fustigó a los gobiernos de la gestión Kirchner en varios pasajes de su discurso.
“Podemos decir que la desidia, el abandono y la desprotección llegaron a su fin. Estamos elevando nuestras capacidades defensivas”, continuó.
“Desde hoy podemos decir que terminamos con la ingenuidad del kirchnerismo de pensar que un país puede crecer sin proteger su territorio, sin custodiar su cielo y su zona económica exclusiva”
“Es la adquisición más importante en los últimos 40 años, es el símbolo de una decisión estratégica de recuperar la capacidad disuasoria que nunca debimos perder”.
“Con estos aviones Argentina se alinea con los estándares de la OTAN. empezamos a reparar el profundo daño que dejó el abandono al que nos sometieron los gobiernos anteriores del kirchnerismo”.
“Lo hacemos sin hipotecar el futuro de la Nación, de forma eficiente por si alguien tiene alguna duda en el programa F-16 todas las compras, todas las adquisiciones están a disposición de las comisiones de defensa de ambas cámaras para que los puedan auditar y ver con total transparencia como se efectuó la adquisición de este sistema de armas”.
El mensaje vino por el sacudón del criptogate en la gestión de Defensa que se ensañó justo con el F-16 a días de su presentación oficial.
El affaire Libra reverdeció la herramienta del rumor y plantó sospechas de corrupción en contratos de obras complementarias al programa del caza.
El rumor goebbeliano se martilló en la red de redes, abarcó desde usinas kirchneristas hasta insondables sitios del underground ciber pasando por otros de público acotado y programas web con implícita adhesión a Santiago Caputo.
Si el rumor suena plausible; ¿es porque realmente es cierto o porque ha sido dicho en repetidas ocasiones y así lo creemos?
Ilusión de verdad, refieren los sicólogos a este efecto que la historia atribuye al uso malicioso que practicaba el ministro de la Propaganda nazi, Joseph Goebbels.
“Los hipócritas que muchas veces nos operan sepan que son cómplices del club del helicóptero y que no van a poder con nosotros “, sentenció Petri.
Luego avanzó en política de defensa “Hoy la Argentina se posiciona como una pieza clave en el tablero geopolítico global reafirmamos nuestra presencia ininterrumpida en la Antártida, controlamos una porción estratégica importantísima en el Atlántico sur”, resaltó Petri ante representantes de la diplomacia de los Estados Unidos y Dinamarca, invitados especiales.
Una cita que, más detallada apunta a la realidad geoestratégica de la Antártida y el paso oceánico del Drake y Magallanes en un contexto cada vez más preocupante de rivalidad entre los Estados Unidos y China por el control del paso bioceánico del canal de Panamá.
Gran parte del comercio mundial pasa por ese acceso y su compromiso pone de relieve el escenario marítimo y aéreo austral. Alternativa a ser considerada en presencia, disuasión y proyección de todos los medios militares, obvio el F-16, en una vía oceánica de circulación de esos activos comerciales.
Satélite militar para el F-16
El acto concretó un hito, el país logró la capacidad supersónica perdida, vuelve la inter operatividad a la par con fuerzas de la región e internacionales del esquema OTAN.
Argentina con la incorporación del caza F-16 de estándar OTAN se convierte en depositario de capacidades y tecnologías presentes en otros 26 países usuarios actuales de la misma aeronave. Una responsabilidad que exige alto nivel de discreción y resguardo de información, vulnerarla pone en riesgo a todos los operadores del sistema.
Por sus capacidades de comunicación, detección y transferencia de datos puede cumplir misiones en más de un dominio (aeroespacial, terrestre, marítimo, electromagnético, ciber) a la vez.
Puede compartir (y recibir de otros medios) información en tiempo real para activar sistemas de defensa, por ejemplo, contar con datos de detección, imágenes FLIR, señales electromagnéticas y otras, proporcionadas por un buque o su helicóptero embarcado, antes de llegar al área de empeñamiento.
Capacidad que para su pleno aprovechamiento requiere disponer de satélites de comunicación militar por el alto volumen de datos sensibles en juego.
El país está en un cuello de botella desde que en 2016 la gestión Macri suspendió la construcción del satélite Arsat-3 SG1, desarrollo de Invap.
Puso en riesgo la conservación de la posición orbital 81º Oeste en banda Ka asignada a la Argentina por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y el Estado tiene que apelar al alquiler temporario de un satélite a terceros para reservar ese espacio. De no hacerlo otro país puede reclamar la posición, primero en la lista de interesados está Gran Bretaña.
El satélite geoestacionario ARSAT-1 que usa el sector comercial y Defensa se lanzó en 2014, el promedio de vida es de 15 años, será inútil en 2029. El ARSAT-2 finaliza su vida útil un año más tarde. ARSAT-1 ilumina el territorio del país, Atlántico sur más allá de 200 millas hasta la última base antártica, Belgrano II.
El desarrollo o adquisición de un satélite de uso militar luce de urgencia estratégica.
La solución de Invap, empresa de más de 10 años en el diseño, construcción, test, puesta en órbita y operación de satélites con dos lanzados Arsat-1 y 2 tiene el activo de independencia tecnológica, seguridad nacional (el control positivo en comunicaciones sensibles), generación de empleo y un intangible que la visión economicista no valora, el desarrollo en un sector de punta que se traslada luego al mercado internacional.