Mauricio Macri quedó encerrado una vez más en su propio laberinto de apoyar el cambio que impulsa Javier Milei en la Argentina y a la vez despegarse del experimento libertario. Reconoce que estabilizó la economía que él y su sucesor demolió, avanza con su modelo liberal, pero deslegitima las instituciones, insulta a los críticos y carece de fortaleza parlamentaria. En esa fina línea el expresidente trata de moverse junto con líderes internacionales de la centro derecha, pero su mensaje no termina de quedar claro.
“La nueva cultura del poder exige una adaptación urgente: en una era donde las democracias son caóticas y la inmediatez digital desafía la representación política, la sociedad demanda resultados más rápidos y redefine su relación con los líderes, planteando retos inéditos para la gobernabilidad”, señaló Macri en un mensaje que osciló entre la crítica sin nombrar. Poco claro.
En una charla del foro ABECEB con empresarios del comercio industrial, Macri intentó endulzar al auditorio con su crítica a la gestión libertaria. “Lo primero que debemos lograr es que la gente se sienta segura de invertir en nuestro país. Es necesario transmitir que aquí no hay riesgos, porque contamos con un sistema de reglas que no depende de un presidente. Sin embargo, por su personalidad y origen, él no ha puesto el foco en esto”. Y una vez más intentó despegarse de La Libertad Avanza: “Desde el PRO, sostenemos que debemos priorizar estos aspectos, de lo contrario, no lograremos sacar a Argentina del lugar en el que estamos”.
Macri no se terminó de sentir del todo cómodo en el panel que integró. Escuchó a los expresidente de México Felipe Calderón decir que “no todos los cambios son buenos necesariamente” y al de España Mariano Rajoy plantear la posibilidad de regular lo que se publica en redes sociales. Esta vez no hubo bromas de parte de Macri, que se limitó a hablar cuando le dieron la palabra. La incomodidad se veía en su rostro cada vez que tenía que explicar que su apoyo a Milei tenía matices.
“En México hubo una revolución brutal del cambio, pero nos ha creado una sociedad de posverdad hípermentirosa”, señaló el Calderón en referencia a las campañas de Andrés Manuel López Obrador y de Mónica Sheinbaum que, al igual que Macri, usaron la palabra “cambio” para ganar elecciones. “Está destruyendo las vías institucionales que permiten el progreso. El panorama no es bueno”, diagnosticó el mexicano.
Macri intentó argumentar su defensa al cambio: “Era esa opción o la continuidad con lo peor de la historia argentina”. Estoy orgulloso de los dirigentes que apoyaron la Ley Bases y los vetos”, defendió. Acto seguido pasó a marcarle la cancha al presidente Milei. “Tener una moneda estable y no sufrir inflación es algo que todos los países han logrado, el verdadero desafío empieza después. Debemos enfocarnos en fortalecer la institucionalidad, porque sin eso no podremos sacar a Argentina de esta situación”.
La mirada de Mauricio Macri sobre la elección en Estados Unidos
En otro momento de su presentación Macri lanzó un mensaje de cara a la elección en Estados Unidos. “El gran problema no sólo es quién gana si no que acepte el resultado electoral”. Una clara advertencia a su amigo Donald Trump que ya desconoció los resultados electorales de 2020 y mandó a sus milicias a destruir el Capitolio en Washington, Estados Unidos.
Macri llegó a esta jornada de debate en el Hotel Faena de Puerto Madero y lo esperaba Gabriela Michetti, que lo acompañó desde la vicepresidencia en su aventura por la Casa Rosada. Ella se quedó un rato y se fue sin dar declaraciones a la prensa. También estuvo con él Dante Sica, que fue su ministro de Producción en la última parte de su Gobierno.
En el entorno de Macri hicieron un mayor análisis sobre la elección en Estados Unidos. “No cambia tanto para la Argentina quién gane, más allá que a niveles diplomáticos puede haber un mejor vínculo si gana Trump. En lo comercial va a ser importante qué tiene Argentina para ofrecerle a Estados Unidos, desde instituciones sólidas hasta respaldo político”, reflexionó en diálogo con nuestro portal, uno de los hombres que trabaja con Macri a diario.
Algo de esto puso en palabras el expresidente cuando tuvo que hablar. “Estamos en un momento muy dinámico, y el aspecto negativo de esta libertad es que ha llevado a una violencia extrema en el debate de ideas. Esto provoca que aquellos con vocación de servicio comiencen a retirarse, dejando lugar a líderes que no valoran la vida, dispuestos a “entrar en guerra” sin importarles nada. Si el sistema los agrede constantemente, su respuesta es defenderse”.
Mauricio Macri (Argentina), Mariano Rajoy (España) y Felipe Calderón (México) son tres expresidentes que pensaron un esquema de poder para gobernar y hoy sufren un corrimiento de la centralidad política en cada uno de sus países que los aleja de la escena.