“¡AFIP se defiende! ¡AFIP no se vende!”, se escucha a las afueras del edificio de la Aduana Central, luego de una larga asamblea del Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) tras el cierre del organismo. La medida generó fuerte repudio entre los trabajadores, que amenazan con una serie de paros y protestas.
Según denunciaron, este anuncio presidencial acerca “del despido masivo de 3.155 agentes de la AFIP (ingresados bajo procesos de selección debidamente auditados) constituye una clara violación a los derechos laborales consagrados en nuestra Carta Magna”.
Los referentes de SUPARA hablaron frente a los empleados que se congregaron ante la sede, con banderas y cánticos, y aseguraron que son “estigmatizados y perseguidos”, y que siempre se califica como héroes a los evasores, contrabandistas y aquellos que lavan dinero. “Somos parte de la solución del país y no del problema. Nos vienen diciendo que ganamos un montón de plata que no es así. No vamos a tolerar despidos ni recortes del Estado”, sumaron.
Opinaron que la disolución de la Administración “no es más que un intento de debilitar al Estado y las potestades de control a su cargo, en detrimento del interés colectivo”. Por ello, advirtieron que esta decisión “va a tener un costo”, por lo que se esperan posibles paros y marchas.
Ramiro Marra, legislador porteño por La Libertad Avanza, fue uno de los que respondió a estos reclamos: “Los 3.155 kirchneristas que ingresaron a la AFIP en los últimos meses del Kirchnerismo, ahora se oponen a ser despedidos y exigen que este gobierno les pague sus sueldos millonarios. Señores, se les acabó la joda. Les recomiendo buscarse un trabajo”.