La ceremonia de los Martín Fierro de Streaming se caracterizó por una marcada impronta política, con intervenciones incisivas y severas críticas dirigidas al Gobierno de Javier Milei. Uno de los momentos de mayor repercusión fue protagonizado por Pedro Rosemblat, galardonado con el premio a Mejor programa político por Industria Nacional, el ciclo que conduce en Gelatina.

Al acceder al estrado, Rosemblat manifestó su gratitud por el reconocimiento y elogió a sus colegas. No obstante, posteriormente emitió una crítica que rápidamente adquirió notoriedad. “Compartimos la terna con programas de excelente calidad. Personalmente, me produce una especial satisfacción superar a Carajo, que de los canales financiados con los fondos reservados de la SIDE es mi predilecto”.

Esta declaración fue interpretada como una censura directa a medios afines al oficialismo, particularmente a Carajo Stream, señal que emite La Misa, programa conducido por Daniel Parisini, donde habitualmente conceden extensas entrevistas tanto Javier Milei como el ministro Luis “Toto” Caputo.

Julia Mengolini también formuló críticas contra el Gobierno

Otro discurso que incrementó la tensión política fue el de Julia Mengolini, fundadora de Futurock, al recibir el premio a Mejor programa informativo por Segurola y Habana. Desde el escenario, la periodista sorprendió con un mensaje categórico. “No haré lo que se espera de mí, que es descalificar a este Gobierno de impostores, protofascista, puesto que ya no lo considero un Gobierno”, enunció.

Lejos de moderarse, Mengolini intensificó su postura. “Son vasallos de Trump, por lo que, en todo caso, tendré que increpar al gobierno de Estados Unidos: fuck you, Donald”, expresó, sonriente, ante la inmediata reacción del público. Simultáneamente, las cámaras enfocaron a Esteban Trebucq, conductor de Tremenda Mañana en Bondi, quien respalda públicamente las políticas de Milei y resultó perdedor en esa categoría.

Repercusiones y polarización en el ámbito del streaming

Tanto el discurso de Mengolini como el de Rosemblat se difundieron ampliamente en redes sociales y acentuaron la división política dentro del streaming argentino. Mientras algunos sectores celebraron las críticas al Gobierno, otros cuestionaron la utilización del espacio para emitir mensajes de índole ideológica.