El apoyo de los diferentes sectores sindicales se divide entre los precandidatos del Frente de Todos. Barrionuevo con “Wado” De Pedro y Pablo Moyano con Scioli. La espera por Sergio Massa.
En espejo a las divisiones que surcan la interna del Frente de Todos en el momento clave de la definición de la estrategia electoral, también entre los poderosos gremios de la CGT se impone un escenario de marcada dispersión entre el abanico de posibles candidatos del oficialismo, en el que -a falta de un objetivo uniforme- imperan las apuestas e intereses personales que en muchos casos se dan de lleno con las lógicas políticas que tradicionalmente expresaron algunos sectores sindicales.
¿Cómo se explica el apoyo entusiasta del gastronómico Luis Barrionuevo al kirchnerista Eduardo Wado de Pedro? ¿O los sorpresivos guiños de Pablo Moyano al desafío de Daniel Scioli sobre las pretensiones de Cristina y la Cámpora? “En el desorden cada cual atiende su juego”, arriesga como argumento un encumbrado jefe de la CGT. Y traduce: el reclamo sindical demanda consenso, reglas de juego y certidumbre, pero en ningún caso un dedo disciplinador de la Vicepresidenta.
No hay acuerdo en la cúspide cegetista en el sentido de bendecir un candidato único para dar la pelea presidencial. Pero si una anuencia bastante generalizada, al menos mientras ninguno se desmarque, sobre la conveniencia de que finalmente la oferta electoral del espacio se defina en las PASO.
No es que los gremialistas se enrolen en la defensa del discurso que emerge de la soledad de Alberto Fernández en la Casa Rosada. Suponen que no hay margen para una imposición de nombres como alienta el kirchnerismo y que una definición que surja de las primarias servirá para potenciar las chances electorales de la coalición.
“La gran mayoría coincide en que tienen que ser las PASO las que determinen al candidato. Es la mejor manera de evitar que alguien se sienta con la acción de oro para tomar la decisión”, indicó otro referente de la primera línea de la central, en una sonora crítica a la alternativa de un mandato ordenador de Cristina.
Dentro de esa mayoría se enrolan los dirigentes de los espacios dominantes en la conducción cegetista, como los “gordos” (grandes gremios de servicios), los “independientes” (UPCN, UOCRA y Obras Sanitarias) y el barrionuevismo. También Pablo Moyano, a pesar de la sinuosidad de sus movimientos políticos, es uno de los más eufóricos defensores de las PASO aunque en el Fresimona, frente de gremios que le responde, ya se han pronunciado algunas voces disonantes con esa postura.
En esos sectores desconfían de las advertencias de Sergio Massa acerca del impacto que podría tener en la economía una fragmentación del voto oficialista en las primarias. Llamativo porque se trata de los mismos dirigentes que se declaran alineados con la candidatura presidencial del ministro de Economía.
Massa primera opción, Scioli el Plan B
Como parte de ese entramado aparecen los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña (que se desmarcó del apoyo de su jefe gremial Barrionuevo a Wado de Pedro), los independientes Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri, y casi todos los dirigentes de la mesa chica de la entidad. El jefe camionero Hugo Moyano es otro de los que comparte la misma apuesta.
Massa es allí la principal opción electoral, pero también alientan un Plan B con la posiblidad de jugar en favor de Scioli si finalmente el tigrense desiste de la pelea. Wado de Pedro, en cambio, sigue sin despertar el entusiasmo de ese grupo. “Lo respetamos, pero hoy no es nuestra preferencia, no despega”, aseguró a este diario un histórico referente cegetista que regularmente recibe las encuestas de una importante consultora.
En cambio, la alternativa de un acercamiento al embajador tomó mayor cuerpo en las últimas semanas: hubo encuentros informales que algunos dirigentes, como con el propio Daer, y charlas en las que el ex motonauta desgranó sus propuestas y ejes de campaña.
Para sorpresa de Máximo Kirchner, una de esas conversaciones que se publicitó ampliamente fue encabezada por su ¿aliado? Pablo Moyano y varios referentes de su frente sindical, que en algunos casos explicitaron su respaldo a Scioli. El número dos de camioneros no blanqueó allí ningún apoyo pero renovó el reclamo para garantizar una PASO oficialista, un planteo que generó fuerte ruido en el campamento kirchnerista y entre la otra pata del Fresimona, jugada de lleno por la opción de una candidatura única de Wado de Pedro.
La interna abierta en su propia tropa forzó a Moyano hijo, enfrentado en una situación sin retorno con el resto del clan familiar, a volver sobre sus pasos un par de días después para negar un adhesión al proyecto de Scioli y anunciar un encuentro con el ministro del Interior que aún no se concretó.
El juego de Barrionuevo
La principal palanca sindical en favor de Wado sigue siendo, para sorpresa de muchos, el declamado apoyo de Barrionuevo. Fiel a su tradición, siempre más política que gremial, el gastronómico trabaja en la ampliación de la red de adhesiones al ministro desde el día uno. Llamativamente comparte el esfuerzo con los sectores de la CGT enfrentados desde siempre a su práctica sindical.
Sobresalen en esa opinión el grupo de dirigentes del frente de Pablo Moyano más enrolados con el kirchnerismo (Mario Manrique del Smata, Omar Plaini, Graciela Aleña, y el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa) que se mueve en tándem con los ceteístas Hugo Yasky y Roberto Baradel, y la Corriente Sindical del bancario Sergio Palazzo, el dirigente de mayor diálogo con Cristina, que el último viernes lideró una nueva puesta en escena en favor de Wado.
Pero el armado del ministro del Interior en el mundo sindical es más ambicioso: su operador el ex ministro Julián Domínguez acercó en las últimas horas el respaldo del jefe de Luis y Fuerza, Guillermo Moser, y gestiona para sumar el auspicio de los gremios petroleros y del gas agrupados en la Catheda.
Axel Kicillof no figura aún en el radar sindical como un presidenciable. Entre los espacios dominantes de la cúpula de la CGT parecen convencidos de que jugará finalmente por su reelección en la gobernación bonaerense. Los gremios K, a su vez, optaron por avanzar en el sendero de alternativa por Wado, aunque admiten que una palabra de Cristina en favor de Kicillof los forzará a un inmediato volantazo.
